Elisa Carrió renunció como diputada nacional a partir de marzo y en su último acto como legisladora presentó un proyecto de ley para sacar a genocidas de la cárceles. “Era mi deber de conciencia”, aseguró.
El texto plantea modificar el Código Penal para otorgarle prisión domicialiria a presos mayores de 75 años, con un agregado: “Incluso aquellos a los que se los investiga por delitos de lesa humanidad”.
El proyecto de “Lilita” tambien beneficiaría a los genocidas detenidos “cuya privación de la libertad en el establecimiento carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no corespondiere el alojamiento en un establecimiento hospitalario”.
Si bien el texto aclara que el benificio para mayores de 75 años no incluye, entre otros, a quiénes cometieron delitos contra los poderes públicos y el orden constitucional o desaparecieron personas y aplicaron tortura; sí les aplica la posibilidad de domicialiaria por dolencias aun cuando no necesiten internación. Esto abre la puerta a que cualquier enfermedad, real o inventada, sea suficiente para salir de la cárcel.
El polémico proyectto de Carrió también obliga al Estado a hacerse cargo de trasladar y alojar en instituciones para adultos mayores a los genocidas que no tengo un domicilio declaro o terceros que se hagan cargo de ellos.
Creo, también, en los derechos humanos de los ancianos, este proyecto era mi deber de conciencia. Las cárceles no fueron hechas para matar a los ancianos.
Síntesis del proyecto 👇https://t.co/jIvotwf69i pic.twitter.com/rCHHJ4NliO— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio) March 3, 2020