unque la principal demostración callejera contra la Cumbre del G-20 será mañana a las tres de la tarde, ayer hubo un adelanto, casi a modo de previa: durante dos horas, la avenida 9 de Julio fue cortada por manifestantes que protestaron por la reunión de los líderes mundiales, pero también hicieron extensivo el blanco de sus quejas a las políticas del gobierno de Mauricio Macri y al acuerdo sellado con el Fondo Monetario Internacional.
Militantes del Polo Obrero (organización ligada al Partido Obrero), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), el MTR (Movimiento Teresa Rodríguez), Barrios de Pie, entre otros movimientos sociales, bloquearon la emblemática avenida porteña, a la altura del edificio del ministerio de Desarrollo Social. “El G20 es ajuste”, proclamaron los manifestantes.
Este anticipo de repudio a la cumbre mundial, coincidió con la llegada al país de la comitiva del presidente de Francia, Emmanuel Macron. El mandatario francés viene de dejar una París convulsionada por las protestas callejeras contra el aumento de combustible y su política de reconversión energética. Macron eligió para alojarse durante la cumbre al Hotel Intercontinental. A metros de la manifestación de ayer.